"El objetivo era como cooperativa, brindar nuevos servicios", explica su actual presidente, Nahuel Otero, al frente del consejo de administración que decidió diversificar los servicios de la entidad hace dos años.
Hoy están ante el gran desafío de ofrecer servicios TIC. ¿En qué etapa están?
Desde una perspectiva cooperativa, empezamos a tender fibra óptica por los sectores donde no hay ningún tipo de conectividad. Gualeguaychú es una ciudad de 110 mil habitantes con grandes problemas de conectividad. Nuestro plan de desarrollo es llegar a ese vecino. En esta primera etapa vamos a lugares donde no hay prestadores, pero ese trayecto nos va a servir para adquirir la experiencia para luego competir. También es cierto que hay sectores en competencia de otras empresas que han plantado sus redes y no atienden a los usuarios. Nosotros apostamos a ese valor agregado, a una atención personalizada. Pero estos grandes proyectos no se encaran solos, uno tiene que ir de la mano de la experiencia y esto es un valor agregado enorme que tiene el cooperativismo, compartir la experiencia. Por eso decidimos asociarnos a COLSECOR y capitalizar toda la experiencia que tienen. Hoy estamos desarrollando una red de fibra óptica con un data center que va a ser de los más importantes de la Mesopotamia. A su vez, poder llevar una plataforma como es Sensa, que nos permita mostrar Gualeguaychú al resto del país y que los habitantes de nuestra ciudad estén conectados a través de un producto cooperativo.
Hace unos años presentaron una estación de carga eléctrica. ¿cómo sigue ese proyecto?
La cooperativa de Gualeguaychú ha sido pionera en la electromovilidad. Tenemos estaciones de carga de vehículos eléctricos, siendo una de las pocas que hay en la región. Hoy apostamos a que la cooperativa se transforme en un actor de la transformación de la matriz energética.
Esto se lleva adelante por ser una localidad limítrofe con Uruguay. Si bien en nuestro país todavía no está muy desarrollada la electromovilidad, si la tiene Uruguay. De hecho, la estación de carga estuvo mucho tiempo sin utilizarse, pero este último tiempo con la devaluación de la moneda ha llevado a que nuestra ciudad esté llena de vecinos de Uruguay y tener esta estación se ha puesto en valor. A tal punto que ahora estamos trabajando en una capacitación para los bomberos voluntarios de Entre Ríos en cómo manejar un accidente con vehículos eléctricos. Esto no es un dato menor para las cooperativas ya que hoy las familias conviven con el litio en su casa, está en los teléfonos, en las computadoras y en las herramientas de mano y por ahí nuestros bomberos no tienen las herramientas para poder hacer frente a un evento de estas características.
Uno apuesta a diversificar los servicios que brinda la cooperativa. En este entorno macro de la electricidad tan complejo, donde hay cooperativas eléctricas con las tarifas pisadas, que son políticas y no técnicas como deberían ser, si las cooperativas no diversifican sus servicios, están condenadas a desaparecer en el tiempo.
¿Cuál es el panorama de las tarifas eléctricas en Entre Ríos?
En Entre Ríos hay 18 cooperativas de electricidad que tienen el 30 por ciento de la demanda energética de la provincia. En tanto, que el 70 restante está en manos de la empresa provincial, y las cooperativas jugamos un rol preponderante. En dos de las ciudades más grandes, que son Concordia y Gualeguaychú, la distribución eléctrica es cooperativa. En Entre Ríos tenemos tarifa única sin fondo compensador. Entonces tenés cooperativas con un usuario en 15 km y el sistema se vuelve insostenible de este modo. Venimos trabajando para modificar esto.
¿Tienen diálogo con la Provincia por esto?
Hay diálogo provincial. Estamos ante la nueva gestión del gobernador Rogelio Frigerio, pero muchas veces el diálogo recibe una bofetada con algunas decisiones como la que tomó el mandatario de congelar el valor agregado de distribución (VAD) hasta el 31 de diciembre. En una etapa donde Cammesa está apresurando a las cooperativas para que regularicen sus deudas, esta medida que pisa las tarifas hace que asumir estos compromisos sea de muy difícil cumplimiento poniendo en jaque a todo el sistema. Es una paradoja lo que está sucediendo, el gobierno nacional genera el bono AE38 para cancelar deudas, que de hecho la provincia de Entre Ríos es generadora de energía con Salto Grande lo acepta, y ahora el gobierno provincial quiere pagar sus deudas a las distribuidoras con ese bono y es el mismo Cammesa que dice no te tomo el bono que nosotros mismos generamos. Hay cuestiones que no cierras. Nos encontramos con un sistema eléctrico con la cadena de pagos totalmente cortada, en Entre Ríos los empleados públicos están en los escalafones de cobro más bajos a nivel país. Un docente, por ejemplo, gana $400.000 y debe afrontar una factura de luz de $110.00 en su casa. Es insostenible y es lógico que esté cortada la cadena de pagos en este sentido.
¿Cómo hace una cooperativa tan extendida en el territorio para sostener el espíritu asociativo y la cercanía?
La cooperativa de Gualeguaychú tiene un área de concesión de 330 mil hectáreas de las cuales 280 mil son rurales. Entonces, más allá que seamos una cooperativa grande, tenemos unos 50 mil usuarios en estos momentos, la dispersión de nuestros usuarios hace que sea más necesario la existencia de un fondo compensador. La cooperativa pone el servicio por encima de todo. Entonces en áreas rurales donde no hay mantenimiento de caminos, donde recientemente pasamos por inundaciones, salir a atender un suministro en medio del campo es romper una camioneta, pero siempre se pone la prioridad en el usuario. Si no estuviésemos las cooperativas, habría un montón de nuestros vecinos sin luz y que no tendrían conectividad. Hoy es impensado que una sociedad crezca sin electricidad y sin conectividad.
Conectividad regional
La cooperativa de Gualeguaychú lanzó la Empresa Cooperativa de Telecomunicaciones (Ecotel), con la que ofrecerá servicios de internet y contenidos. Fue presentada el sábado 14 de septiembre en la Exposición de la Sociedad Rural de Gualeguayghú.
